domingo, 29 de noviembre de 2009


A pesar de lo que puedas creer, los sucesos no son reversibles. El hecho de que hayas podido entrar, no significaba que puedas salir; las entradas no se convierten en salidas, y nadie te garantiza que la puerta por la que entraste hace apenas un minuto esté aún allí cuando la busques un instante después. Así son las cosas en la ciudad, cada vez que crees saber la respuesta a una pregunta, descubres que la pregunta no tiene sentido.

Siempre ten presente que…
La piel se arruga, el pelo se vuelve blanco, los días se convierten en años, pero lo importante no cambia; tú fuerza y tu convicción no tiene edad.
Tu espíritu es el plumero de cualquier tela de araña,
Detrás de la línea de llegada, hay una línea de partida. Detrás de cada logro, hay otro desafío.
Mientras estas vivo, siéntete vivo
Si extrañas lo que hacías, vuelve hacerlo. No vivad de fotos amarillas
Sigue aunque todos esperes que abandones; no dejes que se oxide el hierro que hay en ti
Haz que, en vez de lastima, te tengan respeto
Cuando por los años no puedas correr, trota; cuando no puedas caminar, usa el bastón.
Pero Nunca te detengas!!

lunes, 16 de noviembre de 2009


Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos».

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo