martes, 18 de agosto de 2009

Hoja Negra.


Volaba incierta aquella tarde la hoja marchita,
Había caído del árbol mustio muerto por la herida,
Y se había secado pronto dolorida por las espinas.

Surcaba los cielos la hoja negra y despuntada,
Dirigida por el viento hacia la fría y dulce nada,
Llena de inseguridades y cruelmente astillada.

Aterrizo posándose como si siempre hubiese sido su lugar,
No levanto el más mínimo soplo de aire,
Y se dejo por unas frías y tendenciosas manos acorralar.

No supieron aquellas manos lo que hacían,
Y al coger la negra y hoja despiadada debieron de llorar,
Y así sintieron las manos, la fría esencia que se hacia en la hoja notar.

Pues la hoja marchita traía el destino,
El destino sombrío que su color gritaba,
El destino de la soledad que poco a poco la marchitaba.

Pobre de aquellas manos que el destino la hoja cambio,
Y la soledad inundo sus dedos y todo su ser,
y como rosa sin agua marchito.

Pobres manos que como viejo árbol se secaron,
Su sabia dejo de fluir pues su corazón se había parado,
El destino de la hoja era la soledad y desamparo.

Y aun sigue volando la hoja negra llena de soledad y malicia.
Pues esta dolorida ya que ella también de un árbol callo,
Un árbol que ya había muerto, muerto por otro cruel desamor.

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