sábado, 31 de octubre de 2009


¿Como habré yo de sostener mi alma
para que no toque a la tuya? ¿Cómo
alzarla sobre ti hacia otras cosas?

Con qué gusto la hubiera guardado
junto a algo perdido en la oscuridad,
en un lugar extraño y silencioso
que no vibre si tú en lo hondo vibras

Pero todo lo que a ambos nos comprende
nos enlaza, a ti y a mí, como un arco
que de dos cuerdas arranca una voz

¿Sobre qué instrumentos estamos ubicados?
¿Qué violinista nos sostiene la mano?
Oh, dulce canción!

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